jueves, 25 de diciembre de 2008

jueves, 11 de diciembre de 2008

Sta. Dominique 1321

¡Vivir en un noveno piso es tan molesto! Los aviones pasan todo el tiempo junto a mi ventana y los pasajeros me ven en calzones. Lo único que quería era poder estar más cerca que los demás del cielo: tocar las nubes, mojarme la cabeza antes que nadie, ¡cachar el granizo! Pero con tanto tráfico es imposible...
Nos cambiaremos al piso 6, dicen que desde ahí se ven algunos paracaidistas, y si tienes suerte, durante el verano puedes ver parvadas de patos venir del norte. ¡Nada de caca de paloma! Eso es a partir del 5. ¡Vámonos!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Te digo que no me escuches

... Y eso te lo digo porque sabes que siempre he creído que tú no eres de aquí. ¿Hoy por la mañana viste el cielo? ¿lo viste? Pensé que te gustaría, pero luego recordé que cualquier cielo es incomparable con el de aquel país, en el que todo es más bello.

Mírate, ¿hablas en serio cuando dices que eres feliz? ¿qué cosa es la que te obliga a permanecer en este lugar? Tus razones me resultan tan increíbles como los amaneceres que describes; pero después de todo te creo, te creo por ser tú y porque me gusta oírlo, y porque así son las cosas para mí a veces, cuando no hay ningún nogal malvado lanzando nueces sobre mi cabeza.

Es por eso que me paseo por este bosque, buscando un roble solitario que me preste sombra para ver mejor las cosas y me oculte de ese perverso sol que me ciega y me recuerda cada segundo que me derretiré si no encuentro pronto una cabaña, cualquier cosa que desee ser habitada o busque compañía.

¿Ves? A veces te entiendo muy bien, aunque no seas de aquí y hables con ese acento tan peculiar que a nadie más le he escuchado, mi querido extranjero. Tú sabes lo que quiero decir: por favor, no te vayas.

lunes, 8 de diciembre de 2008

¡Aplausos, por favor!

No quiero ser de los primeros, a esos siempre les aplauden menos que a los últimos, ¿qué no ves los programas de concursos?

lunes, 1 de diciembre de 2008

tijeras verdes

Te dije 'vamos al parque' y no obtuve respuesta. Así que no más Juanas, no más Juanas. No quiero más Juanas, no más de ésas. No más silencios, no más preguntas sin respuestas; no más toboganes secos, esperando, sentada, preocupada por el agua que no baja, por el buen rato que no estás pasando. No más Juanas, no habrá más avisos, invitaciones, no más nada.

No te necesito, aunque me habría gustado necesitarte. Tú sabes, no como cuando entras al laberinto, y después te pierdes, y gritas y gritas, gritas muy fuerte, sino como cuando tienes ganas de correr, correr y correr y sólo paras para mirar mejor y reír, reír muchas veces, porque me gusta reírme una, dos, tres, cuatro, cinco veces cada vez que volteo, y luego seguir corriendo. ¿Sabes? en eso no nos parecemos, ¡qué digo! no nos parecemos en casi nada, porque tú sólo ríes una o dos veces y si ríes tres, te sientes fuera de lugar y me miras, callada, como casi siempre. No me molesta que no hables, me cae bien tu voz callada, pero es que si estuvieras ahí verdaderamente...¡si estuvieras!

No habrá más mensajes. Tengo algunas Juanas y también Juanes, de esos que difícilmente se cansan cuando corren, y si yo me canso, me esperan y ríen conmigo diez veces.

¡Córtalas! ¿no tienes tijeras? yo compré unas. Son verdes ¡y brillan en la oscuridad! Te las presto, si quieres. Me gusta recortar... ¡Te estoy hablando!

¿Sabes qué me molesta más que ser ignorada? que pasado mañana, cuando te vuelva a ver ahí donde siempre te veo, te diré 'vamos al parque', porque habré olvidado todo esto.

¡Pero qué importa pasado mañana! Yo siempre pensando en martes, miércoles, jueves, viernes cuando es lunes. Hoy será un buen día, iré al parque y no te avisaré. Ojalá que siempre fuera hoy. No lunes, hoy, para acordarme de todo. ¡Pero qué tonta! ya no olvidaré nada.